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Arda Turan, Atlético de Madrid, Bale, Bernabéu, Derbi, Diego Costa, Gabi, Koke, Liga BBVA, Madrid, Modric, Real Madrid, Ronaldo, Simeone, Tiago
A muchos desde niños nos enseñaron la historia del débil y el fuerte. La historia de David y Goliat, de los oprimidos y los poderosos, de Robin Hood y los monarcas del reino inglés, para más adelante pasar a la dictadura de la burguesía sobre el proletariado. Y desde ahora debería enseñarse una lección más: la historia del Atlético de Madrid y el Real Madrid, siendo uno el poderoso y el otro el oprimido. Ya sabemos quién es quién. El Atleti es un equipo sin cabeza (directiva) pero que camina a paso de gigante. Un equipo que tiene unos ingresos económicos totalmente minimizados por el duopolio del Madrid y Barcelona, que pocas veces llena la primera plana de los diarios deportivos, que a lo largo de la historia ha visto como los árbitros lo perjudicaban y que cayó víctima de un puñado de seres corruptos que se apoderaron del club, lo llevaron a la quiebra deportiva, institucional y económica pero que 25 años después de su arribo sigue sentada en el palco sin sentir el mínimo gesto de vergüenza. Al frente, el rival que todo lo quiere y todo lo puede, que derrocha millones de euros cada temporada, que tiene el conjunto de “super estrellas” y que tiene el apoyo mediático, arbitral y dirigencial del fútbol español. Así comienza la gesta del conjunto rojiblanco, así comienza una nueva lección de vida y una ficción que parece más de cuento que de vida real. Pero para eso está el fútbol. Un lugar donde todo es posible y en el cual el dinero no te permite comprar la gloria, los colores, el sentimiento y tampoco un equipo. No te permite ser el Atlético de Madrid. Y créanme cuando les digo que el Real Madrid quisiera serlo, quisiera ser un equipo. El Atleti sí lo es, el Madrid no.
La final del 17 de mayo fue la catarsis en estado puro. La primera revolución colchonera que nos liberó de todos los demonios, mala vibra y supersticiones que jugaban un peso muy grande en los nuestros. Meses después, los mismos jugadores menos uno (que fue obligado a irse por un fondo de inversión y que no pudo cerrar el círculo glorioso con el equipo que cambió su vida) se paraban en la misma cancha frente a 80 000 personas con la sangre en los ojos y el rencor de la final perdida. Pero para ganarle a un equipo de verdad se necesita más que ganas, ímpetu y calidad individual. Para ganarte el respeto de los propios y extraños se necesita algo más que dinero. Es lo que tiene el Atleti gracias a Simeone y sus 11 gladiadores de hoy. Vale mencionar la alineación: Courtois, Filipe Luis, Godín, Miranda, Juanfran, Tiago, Gabi, Koke, Arda, Diego Costa y Villa. Once tíos que salieron al campo convencidos de lo que tenían que hacer y que podían hacerlo. Una intensidad, concentración, confianza y entrega absoluta. Estuvo acompañado del talento individual que no vino por millones de duros, sino por el esfuerzo y el sacrificio gracias a Simeone y a ellos mismos. Tiago se había perdido las 5 finales con el Cholo. El día de hoy jugo su final y lo hizo de una manera formidable, cortando todo intento de ataque rival y generando una salida de balón clara en el mediocampo. Omnipresente en este sector de la cancha para mostrar que a pesar de su edad todavía tiene mucho por darle al Atleti.
Si le preguntamos a cualquiera de los once que jugaron hoy, todos te responderán que están jugando en el mejor equipo del mundo. No lo harán por convenciones ni por quedar bien ni por dinero, lo harán por propia convicción y amor a los colores. Si uno se queda fríamente con el marcador, podrá pensar que el Atleti gano con mucha suerte y palos de por medio. Mentira. La suerte estuvo del lado colchonero en la final de Copa pero esta vez estuvo del lado de los blancos. Si Koke metía ese tiro al travesaño, si Tiago cabeceaba contra el piso cuando entraba completamente solo, si Costa cerraba su noche con su doblete, podríamos estar hablando de una goleada sin precedentes. El Atleti le dio un baño al Madrid. Increíble hace pocos años pero real. Tenemos que poner un nuevo ramo de flores en otra esquina del Calderón. Ya sabemos para quien será.
Otra vez Koke y otra vez Diego, el verdadero. ¿Iba a ser como los otros derbis, en los cuales el Atleti se adelantaba para comenzar el aluvión blanco? Todos sabíamos que no. El Atleti mejoró mucho con el gol, se asentó en el campo, dominó a un Madrid que lo único que pudo hacer con sus 500 millones fue tirar balonazos al área y recurrir a la calidad individual para pegarle desde afuera. Cada balón parado era un suplicio para los locales y el público se desesperaba. Estos sí que son derbis dignos y competitivos. Uno de los mejores partidos de fútbol donde se ve la calidad de ambos equipos, la garra, la picardía, las faltas, el juego, los grandes paradas y los goles. En el segundo tiempo Diego Costa perdonaba una ocasión de oro tras marcharse con una velocidad impresionante e insultante sobre el defensor contrario al que le sacó cinco metros tras un pique en el cual partían en igualdad de condiciones. Increíble, admirable y envidiable lo del brasileño. La estrella que guía a las demás.
Arda, ese turco limitado en sus fronteras pero que ha encontrado su lugar en el mundo, también resultó vital aunque creo que esta vez otros jugadores se robaron los focos. Y sé que es injusto hablar de unos jugadores y no de otros porque todos aportan tremendamente para esta gesta colchonera. Los últimos minutos fueron un suplicio porque el Atleti se había cansado y se notaba. Pero con la mentalidad ganadora y el esfuerzo se derrota a la mala vibra. El Atleti baso su juego en los contragolpes y en una presión en mitad de cancha que le permitía salir disparados como torbellinos. Así nació el primero con una presión asfixiante de Filipe Luis para quitar en campo blanco e iniciar el grito de gol contenido.
El dinero bruto y achorado aparecía en escena cuando entraba Modric y Bale para que salieron otros jugadores que valen millones como Ilarramendi e Isco. Más estrellas dentro del baúl que tampoco funcionó. Lo que Florentino no entiende es que más importante que la cantidad de estrellas que un equipo tenga es su funcionamiento colectivo e integración. Es que logren ser compatibles así lograr un funcionamiento grupal con un estilo de juego definido. Si los jugadores cumplen su papel y se sienten cómodos, desarrollaran exponencialmente su calidad. El Atleti con todos los problemas mencionados lo ha logrado. El Madrid con todos los millones no. El sueño del Madrid es ser el Atleti. Ser un equipo. Quién lo diría. “Se busca equipo digno para derbi digno”.
Partiremos a Oporto con el gol de Costa y la celebración de Cholo. Porque igual que el Napoli, el Atleti puede cerrar el círculo esta temporada. Hemos dado el golpe sobre la mesa y me animó a decir que tenemos una mínima probabilidad del título. Pero lo creo imposible llegando lejos en las tres competiciones y veo necesario descartar una de ellas. Sé que estoy traicionando mis ideales de ir por todo y “ganar, ganar ,ganar y volver a ganar” pero en las condiciones abusivas del fútbol moderno tengo que admitir que tal vez descartando la Copa podríamos tener más oportunidades en Champions y en Liga. Sin embargo, ahora que todo recién comienza, a por cualquier rival en cualquier cancha. Luego se verá. Aun así veo más factible conquistar España primero para luego dominar el mundo. Aunque eso no lo decidiré yo, lo decidirá Simeone.
Nos vemos en Oporto
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